MARTA RODRÍGUEZ

JORGE SILVA

Jorge Silva nace el 2 de diciembre de 1944 en Giradot, Colombia, en el corazón de una familia cuya madre, Ana Silva, emigra soltera a la ciudad de Bogotá cuando él tenia apenas 6 años de edad. Debido a la difícil situación laboral de su madre, Jorge es llevado a un orfanato para menores donde no puede terminar la escuela secundaria, pues a temprana edad debe trabajar en construcción como albañil para ayudar a su familia. Autodidacta y creativo desde niño, Jorge Silva se propone ser escritor y acude con frecuencia a la Biblioteca Luis Ángel Arango, donde conoce la influencia de William Faulkner, Ernest Hemingway, James Joyce, Louis-Ferdinand Céline, entre otros. Otro espacio privilegiado donde Jorge se formaría serían los cine-clubes de Bogotá; allí conoce a los fotógrafos Herman Díaz y Hernando Oliveros con quienes viaja para acompañarlos en rodajes de películas. 

La imagen de maestros como Robert Cappa, Henri Cartier-Bresson Brassaï, Edward Steichen y Robert Frank será definitiva para el lente de Silva. En el año de 1964 Jorge realiza su primera película filmada en 16mm Los días de papel (1964) que trata de un relato autobiográfico en el que el director describe una infancia marcada por la pobreza con la ayuda en la fotografía de Gilberto Ebreo, Enrique Forero y Hernando Oliveros; esta obra tiene como símbolo dos cometas que contrastan por su vuelo  para aludir la diferencia de clases sociales.

En 1965, Jorge conoce a Marta Rodríguez, quien había regresado recientemente de Francia de estudiar cine y antropología. Decidieron trabajar juntos en una película documental sobre la explotación laboral en los Chircales de Tunjuelito, al sur de Bogotá. Chircales se convierte en un clásico del Nuevo Cine Latinoamericano y su reconocimiento internacional permite a Marta y Jorge continuar su trabajo documental, ahora también desde una relación sentimental que haría de su Fundación de Cine Documental un hogar. Esta fundación, si bien, nace por iniciativa de Jorge para tener su propio laboratorio fotográfico. De esta manera, el cine y la fotografía serán medios indisociables en la vida de Silva. 

Entre 1966 y 1986 crea las series fotográficas que hoy constituyen un amplio archivo de imágenes que retratan la memoria de un país desde la mirada de los pueblos oprimidos. Jorge Silva muere al amanecer el 28 de enero de 1987 a los 46 años por una enfermedad causada por una úlcera duodenal; deja proyectos inconclusos en colaboración con el escritor Arturo Alape junto a quien escribirían tres guiones de películas de ficción sobre la historia de la violencia política en Colombia. El legado de Jorge aún se conserva y revive en la investigación y la obra de Marta Rodríguez, su compañera. 

Documentales realizados por Jorge Silva y Marta Rodríguez:

Chircales (1966-1971)
Planas, testimonio de un etnocidio (1972)
Campesinos (1973 – 1975 )
La voz de los sobrevivientes (1980)
Nuestra Voz de Tierra, Memoria y Futuro (1974-1982)
Nacer De Nuevo (1986 – 1987)
Amor, Mujeres y Flores (1984 – 1989)

Otras obras cinematográficas de Jorge Silva:

“Los días de papel” (1964)
“Monserrate” (1971) realizado con Carlos Mayolo

JORGE SILVA, CAZADOR DE IMÁGENES

Jorge Silva llevaba siempre su cámara fotográfica a todos lados, con un par de rollos y un único lente fijo 50mm, pues es el que reproduce fielmente lo que ve el ojo humano; entre 1966 y 1987 retrató en 35mm una Colombia indígena, campesina, pobre, negada, en estado de sitio y militante.

Alrededor de 8.000 fotografías blanco/negro y color conforman el archivo visual que Jorge Silva deja a la memoria de Colombia

(Para más información y/o conocer el extenso archivo fotográfico de Jorge Silva, comuníquese con nosotros)


La producción fotográfica de Jorge Silva es menos conocida que su labor en el cine. Consideramos que merece ser ampliamente estudiada pues documentó con agudeza la vida política, social, cultural, rural y urbana en Colombia durante las agitadas décadas de los sesenta, setenta y ochenta. Jorge fue testigo de un país convulsionado, estuvo presente cuando aduciendo la amenaza de un “enemigo interno”, los diferentes gobiernos desde Lleras Camargo hasta Betacur, se otorgaran poderes especiales que les permitían restringir los derechos civiles de sus ciudadanos a la luz de la aplicación del estado de sitio de la constitución de 1886, o el estatuto de seguridad promulgado por Turbay. El impacto de estas decisiones e implementaciones se hizo visible en el lente de Jorge. Es a través de este que se hacen presentes y tangibles la vida de campesinos desplazados a la ciudad por la violencia, la comunidad indígena Guahiba en Planas (Meta), la lucha de los campesinos e indígenas que buscaban recuperar sus tierras, las marchas de trabajadores, las practicas religiosas de los santísimos hermanos en Tolima, las terribles condiciones laborales del as trabajadoras en la floricultura, la comunidad Hippie en Bogotá, los juegos y días de los niños de la calle, los militares e incluso los delfines políticos.


La obra de Jorge Silva ofrece una iconografía histórica que puede seguirse con exactitud. En sus fotografías abundan la evolución, el caos, el sonido y la furia. Es evidente el gusto por los festivales de rock, los eventos políticos, las tomas de tierra, las manifestaciones, campañas electorales, acontecimientos militares y fiestas llaneras. Sotanas, uniformes, camuflados, sombreros de copa, esmoquines, baladas, coronas de flores son las indumentarias que visten los personajes del carnaval un tanto siniestro de la democracia colombiana. Emboladores, lazarillos, soldados rasos, mendigos, músicos callejeros, jóvenes estadounidenses de los cuerpos de paz, estudiantes de colegio, policías de escudo y bolillo, jóvenes enamorados, indígenas, campesinos, jóvenes estudiantes universitarios que se expresan en manifestaciones, todos ellos simpatizan con el hombre de la cámara en la mano.


Más allá de la estética del hambre, de la estética del sueño, la fotografía de Jorge Silva consiste en una profunda expresión del carácter humano mediante el retrato. Como sabemos, su obra está definida por mayo del 68, la revolución cubana, la revuelta nadaísta, por la afirmación del movimiento estudiantil, por reivindicaciones raciales, sexuales, políticas y religiosas del momento en que vivió. A la vez, el hombre con la cámara en la mano siempre fue Jorge Silva, registró los hechos históricos y psíquicos que cíclicamente se repiten en la cultura colombiana: las visitas del Papa cada treinta años, las marchas campesinas, el día de las elecciones, la represión policial que se transforma desde los PM hasta el Esmad, y las frases políticas que nos hacen ver que hoy es como ayer: “¡La izquierda es el caos, Álvaro es la seguridad!”.

*(Texto tomado del libro LOS SILVA – Santiago Rueda – Silueta ediciones)

ARCHIVO FOTOGRÁFICO DE JORGE SILVA

FOTOGRAFÍAS PERSONALES

CHIRCALES (1967 - 1971)

MOVIMIENTO AGRARIO / MOVIMIENTO INDÍGENA (1967 - 1987)

ARQUITECTURA (1967 - 1987)

HIPPIES (1969 - 1974)

ESTADO DE SITIO (1978- 1982)

MARGINALES (1969 - 1973)

MOVIMIENTO POLÍTICO (1967 - 1987)

RELIGIOSIDAD (1967 - 1987)

ARCHIVO FOTOGRÁFICO DE JORGE SILVA

FOTOGRAFÍAS PERSONALES

CHIRCALES (1967 - 1971)

MOVIMIENTO AGRARIO / MOVIMIENTO INDÍGENA (1967 - 1987)

ARQUITECTURA (1967 - 1987)

HIPPIES (1969 - 1974)

ESTADO DE SITIO (1978- 1982)

MARGINALES (1969 - 1973)

MOVIMIENTO POLÍTICO (1967 - 1987)

RELIGIOSIDAD (1967 - 1987)

FOTOGRAFÍAS PERSONALES

CHIRCALES

Durante el rodaje del documental Jorge Silva registra en fotografía fija las condiciones de explotación a las que son sometidos los hombres, mujeres, niñas y niños quienes cargan en su espalda los ladrillos que construyeron la urbe que es hoy Bogotá.

MOVIMIENTO AGRARIO / MOVIMIENTO INDÍGENA

En 1970 Jorge Silva y Marta Rodríguez rodaron la película Planas, testimonio de un etnocidio (1972), uno de los filmes más crudos y valientes del exterminio indígena, en este caso de la comunidad indígena Guahibo, quienes durante décadas sufrieron una cruenta persecución realizada mediante las “Guahibiadas”, matanzas organizadas por los colonos contra esta etnia hasta tiempos recientes (1970), la comunidad de planas fue perseguida y desplazada por haber creado una cooperativa agropecuaria que se oponía a los intereses del terrateniente.

Como es constante en sus trabajo Jorge Silva alterna la cámara fotográfica con la cámara fílmica, realizando imágenes muy similares, así durante los rodajes de Planas, testimonio de un etnocidio (1972), Campesinos (1970-1975), La voz de los sobrevivientes (1980) y Nuestra voz de tierra, memoria y futuro (1974-1982) realiza un registro fotográfico del movimiento indígena y el movimiento agrario en Colombia, cubre la historia de las luchas campesinas de las haciendas cafeteras en Cundinamarca en los años veinte y treinta, las luchas campesinas e indígenas en el Cauca, la naciente primera organización indígena de Colombia el CRIC (Consejo Regional Indígena del Cauca), la denuncia de los indígenas del Cauca ante amnistía internacional por el asesinato indiscriminado de sus líderes indígenas por parte del gobierno en curso.

HIPPIES

Una parte del archivo fotográfico de Jorge Silva esta dedicado a cubrir uno de los movimientos culturales contestatarios poco conocidos del siglo veinte en Colombia, el de los hippies. El epicentro de la contracultura bogotana era el parque Julio Flórez, que comenzó a ser llamado parque de los hippies o el parque de la 60. Las dinámicas de allí se dieron -asociadas a los recitales de rock- permitieron la creación de un lugar para romper las barreras sociales. Por ejemplo, la marcha de los melenudos en 1966 fue organizada por jóvenes que protestaban por las agresiones constantes que recibían por sus atuendos, lo que muestra el conservadurismo de la sociedad bogotana y la aparición de nuevas formas de contestación. 

Eventualmente, la violencia policial se encargó de arruinar la congregación libre y creativa del parque de los hippies, irrumpiendo y agrediendo a los propietarios y clientes de los almacenes. Finalmente, en 1971 se desdibujó lo que allí sucedía, La aparición posterior de comunas hippies en Lijacá, San Agustin, Taganga y Usme constituyeron las primeras manifestaciones de modos alternativos de vida. Sin embargo, para mediados y finales de los años setenta estas expresiones y movimientos se habían extinguido y poco quedaba del pensamiento contracultura alternativo de Colombia.

ESTADO DE SITIO

El Estatuto es la aplicación en Colombia de la llamada Doctrina de la Seguridad Nacional, según la cual las Fuerzas Armadas debían combatir al enemigo interno que amenazaba los intereses nacionales, esto llevó a los militares a considerar que cualquier opositor o crítico al Estado era una amenaza a los valores políticos trascendentales de la nación, en 1979 En medio de la presión, el presidente Julio César Turbay invitó al país a una comisión de Amnistía Internacional (AI) en lo que se llamo el Foro por los Derechos Humanos de 1979, donde Amnistía Internacional afirma que el Estatuto conduce a violaciones de los derechos humanos y recomienda levantarlo, y afirma que las condiciones en las que hicieron las detenciones posibilitan o facilitan la tortura.

En la serie Estado de Sitio, Silva logra un conjunto de gráficas notables que en su sencillez expresan muy bien la naturaleza del ambiente político en la Colombia de fines de los años 1970. La serie esta compuesta por dos grupos: ciudadanos, policías y militares en la calle en día de elecciones; y militares acuartelados en el mismo día, preparados en sus bases para eventuales acciones.

La fotografía más elocuente, es quizá , la de la familia con pequeños niños acosada por las requisas policiales en mitad de la calle. Una buena muestra de lo que fue el estado de sitio, con sus treinta mil detenciones de simpatizantes de izquierda y sus más de mil doscientos casos de tortura, que valga la pena decirlo, aún no han sido aclarados.

Jorge escogió para sus fotografías a representantes de la fuerza pública como protagonistas, gente del pueblo enfrentada con el pueblo.

MARGINALES BOGOTÁ

Consecuencia de la constante violencia y desigualdad social que ha vivido Colombia, en los años 1960 y 1970 se ve en auge el caso de niños y niñas habitantes de la calle quienes adquieren el nombre de gamines. 

Estos niños traviesos pero no peligrosos están siempre en grupo pidiendo dinero, robando comida, consumiendo pegante o gasolina para ocultar el hambre, limpiando carros o jugando en las calles de Bogotá. 

En 1968 el gobierno del presidente Carlos Lleras Restrepo crea el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, una institución que vela por los derechos de la infancia desprotegida en Colombia y crea albergues para que los niños y niñas habitantes de la calle tengan un techo donde refugiarse.

MOVIMIENTO POLÍTICO

Las imágenes de las elecciones y las campañas electorales aparecen y reaparecen constantemente en el trabajo de Jorge Silva y de varios de los fotógrafos activos durante el periodo de 1960-1980. La explicación de esta recurrencia temática debe buscarse en los acontecimientos de la vida política nacional, las ultimas elecciones del Frente Nacional ocurridas en 1970, en las que se enfrentaban Misael Pastrana contra el candidato de la Alianza Nacional Popular (ANAPO), el ex dictador Gustavo Rojas Pinilla, elecciones que resultaron fraudulentas, a consecuencia de este fraude electoral se crea el grupo armado Movimiento 19 de Abril, M19. 

En las elecciones de 1974 en las que resultó elegido Alfonso López Michelsen, se demuestra de nuevo el apañamiento y el carácter hereditario del poder en Colombia. En estas elecciones se enfrentaron Alvaro Gómez, por el partido conservador, (hijo de Laureano Gómez presidente en Colombia entre 1950-1953) Maria Eugenia Vargas por la ANAPO, (hija de Gustavo Rojas Pinilla, presidente de Colombia entre 1953-1957) y Alfonso López Michelsen por el partido liberal (hijo de Alfonso López Pumarejo, presidente de Colombia entre 1934-1938 y 1942-1945).

RELIGIOSIDAD

ARQUITECTURA

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