La Fundación de Cine Documental Investigación Social nace inicialmente como un laboratorio de fotografía en 1966 cuando Jorge Silva y Marta Rodríguez empiezan su investigación en Tunjuelito sobre las condiciones de explotación de los obreros de los Chircales al Sur de Bogotá. En 1972 los cineastas reciben la Paloma de Oro en Leipzig por su primera película Chircales, la cual será considerada una obra maestra. Lo que antes era un laboratorio de fotografía se transforma en una fundación de cine hacia mediados de los años 80 gracias a la asesoría jurídica de Rafael Romero con quien se inscribe oficialmente la Fundación.
La Fundación ha hecho énfasis en testimoniar la realidad colombiana desde la defensa de los derechos humanos con un enfoque hacia los sectores populares, pueblos indígenas, afrocolombianos, campesinos, movimientos estudiantiles y de mujeres. Con 57 años de realización e investigación, la fundación conserva un acervo audiovisual de la historia negada de Colombia y sigue representando así el movimiento del cine político o Nuevo Cine Latinoamericano que se ha gestado desde el Cono Sur hasta el Caribe. Igualmente, ha sido parte activa del surgimiento del movimiento de cine indígena; entre tanto, su directora Marta Rodríguez pertenece a CLACPI (Consejo Latinoamericano de Cine y Comunicación de los Pueblos Indígenas).